La convocatoria para el I Concurso de Calaveritas Literarias 2023 fue lanzada en todas las plataformas de la Universidad Da Vinci a mediados de octubre. La acogida fue abrumadora: muchos estudiantes mexicanos y de otros países enviaron sus calaveritas literarias para participar de este certamen que buscaba celebrar no solo el Día de Muertos, sino también la cultura y las tradiciones que se han gestado y mantenido con él a lo largo de muchos años. Las temáticas del concurso se centraron en la educación a distancia, las tecnologías en la educación y el estudiante en línea. Las caleritas que participaron resaltaron por su calidad e ingenio.
Pero como en todo evento como este, se debía seleccionar el grupo de finalistas y, desde luego, el ganador. Tras la revisión de las composiciones y la deliberación del jurado, se establecieron cinco calaveritas clasificadas. De entre ellas se elegiría a la calaverita ganadora a través de “Me gusta” o “Me encanta” en redes sociales. De entre ellas, la calaverita que obtuvo más reacciones fue “La historia de Vander” de Alfonso Vanderley. Los finalistas restantes, a continuación, reseñados, aportaron creaciones valiosas que pueden leerse en Facebook e Instagram de UDAVINCI.
Finalistas
Delgado, María Esther – “Educación a distancia”
La vida está plagada de retos. Aunque las maneras de afrontarlos puedan variar, hay un denominador común para todos estos esfuerzos: la perseverancia. Precisamente, en una época en la que los cambios son tan recurrentes debido a la innovación tecnológica, la férrea dedicación a los objetivos personales traza el camino para cumplir con cada uno de los pasos que conducen al éxito. Esta actitud –que permea cada fase de la vida cotidiana– se aplica a la educación, sobre todo, cuando esta se cursa a distancia. ¿Cómo superar el itinerario formativo de un programa sin la presencia física de los docentes? María Esther Delgado tiene una respuesta: “Solo necesitas amor, pasión y perseverancia. / La educación a distancia / te ofrece flexibilidad / no busques más excusas para poderte graduar”.
Como se lee, “en este siglo XXI”, la educación a distancia –en la modalidad online– permite a muchas personas acceder a diferentes niveles de formación, entre ellas, la licenciatura y el posgrado. La calaverita de Delgado continua: “[...] si decides estudiar, / con la educación a distancia / yo te apoyo desde el más allá”. Pero hay un detalle que resalta más allá de destacar las cualidades de una “buena educación” online; se trata de la superación de fronteras cuando se busca estudiar:
Viva México lindo
Hoy dúa de los muertos,
Colombia se hace presente,
Mostrándonos que no hay fronteras
Si se quiere progresar.
Domínguez, Josege – “Calavera a la educación a distancia y víctimas del COVID”
La pandemia significó un antes y un después en la educación. Debido a la emergencia sanitaria, centros de los niveles básico, medio superior y superior tuvieron que adaptar sus enseñanzas a la modalidad virtual. Desde luego, esto se presentó como un reto, ya que el sistema educativo no estaba preparado para afrontar una situación tan apremiante; sin embargo, más allá de las dificultades, primaron las fortalezas.
Josege Domínguez lo expresa claramente en su texto: “Pero la sana distancia y la educación en línea, / contuvieron la pandemia y a muchos salvó la vida”. La amenaza del virus (“nos pelaste los dientes”) estuvo presente en todo momento, pero seguir las medidas de seguridad y, sobre todo, estudiar a distancia permitió contener sus embates: “Que con la sana distancia se evitó harto el morir, / y te quedaste con ansias hasta de llevarme a mí”. El compromiso individual y colectivo, así como la educación como aliciente, fueron fundamentales para “tomar precauciones contra ti y el COVID”.
Santiago, Arlene – “Las tecnologías de la educación”
Desde hace algunas décadas, la expansión de la tecnología no ha tenido tregua y ha llegado, como era de esperar, a la educación. Si bien sus primeros recursos (véanse las enciclopedias virtuales) fueron modificando poco a poco las dinámicas de enseñanza-aprendizaje de la educación tradicional, a partir de la década de 2010, la evolución de la tecnología educativa ha permitido el surgimiento de nuevas maneras de aprender. Como muestra de esto, los “niños ya no escriben con pluma”, como se lee en la calaverita de Arlene Santiago.
Se trata de una composición que recuerda esa educación de antaño en la que los “maestros del pasado” acompañaban a los estudiantes en su día a día en la escuela. Aunque muchas de esas formas de enseñanza “[...] hoy reposan en el olvido, ante las pantallas [...]”, es necesario reconocer a la que fue la base formativa de muchas generaciones: “En este Día de Muertos, los honramos con respeto, /las tecnologías en la educación, / un nuevo proyecto”. Además, atendiendo al presente, se espera “Que en el más allá encuentren un balance perfecto, /donde la tradición y / la innovación se abrazan en su concepto”.
Vesga, José Armando – “Calaverita”
Superar los diferentes niveles formativos es, a todas luces, un logro que debe celebrarse. No obstante, el modo a partir del cual se alcanzan estos objetivos está mediado por diferentes factores, entre los que resaltan, sin lugar a dudas, el trabajo de los docentes y el esfuerzo sostenido de los estudiantes. Sea cual fuere la modalidad de enseñanza, hay un espíritu de compromiso que garantiza que, paso a paso, se puedan adquirir nuevos conocimientos y desarrollar habilidades. Así, la educación a distancia se presenta como “Un camino de luz que el saber y el alma ensilla, / aunque, lejos de las aulas, el lazo sigue siendo fuerte, / los maestros y alumnos se encuentran en la suerte”. Y qué razón lleva Jorge Vesga, autor de “Calaverita”.
La educación a distancia es, en este sentido, un nuevo sendero por el que transitar, donde “a pesar de la distancia, el aprendizaje no se detiene”. Es, asimismo, un aliciente: “la educación a distancia, que les brinda la oportunidad / de aprender y crecer, con dedicación y pasión”. Esta calaverita, como puede constatarse al leerla, ve en la tecnología no solo una fuente de herramientas, sino un fin en sí mismo que permite perseguir aspiraciones, sueños y objetivos en torno a la formación individual. Jorge Vesga no lo podía haber dicho mejor:
En esta celebración, donde los recuerdos fluyen,
la tecnología en la educación, con su brillo contribuye,
a conectar generaciones, a honrar con devoción.
El Día de los muertos y la educación, una perfecta unión.
Ganador
Vanderley, Alfonso – “La historia de Vander”
Las historias personales –o las evocaciones de estas en la creación literaria– suelen ser testimonios de superación, coraje, aprendizaje y descubrimientos. Sea cual fuere la motivación de estos textos, el lector se enfrenta a un ejercicio inherente a la lectura: la reflexión. La calaverita de Alfonso Vanderly nos conduce, indefectiblemente, a pensar en aquello que se pretende representar entre versos: ¿qué es lo que motiva la creación? Aunque la razón pueda parecer anecdótica –la participación en un concurso–, existen otras motivaciones, entre las que resalta la expresión, la intención de comunicar algo. Como se lee en esta calaverita:
Lamentablemente, esta historia no tuvo un final feliz,
Porque mientras estudiaba una enfermedad tuvo que sufrir.
Y como todos algún día al joven Vander le tocó morir,
Pero desde el más allá nunca dejó de insistir.
Esta breve reseña culmina aquí, puesto que queremos invitar a nuestros lectores a conocer, en profundidad, las creaciones de los finalistas y de Alfonso Vanderley, el autor premiado de este concurso.
En UDAVINCI, estamos comprometidos con la creación en todas sus formas. Nuestra institución, en consonancia con esto, la promoverá de diferentes maneras como ha ocurrido con este concurso.
